Vuelta al cole, vuelven los mocos!
Vuelta al cole, vuelven los mocos!
El verano ya ha acabado y toca empezar la escuela de nuevo. Probablemente, la mayoría de familias ha podido olvidarse temporalmente de los mocos, pero ahora, con el inicio del curso ya vuelven a estar aquí.
Tener mocos en la proporción adecuada es un signo de buena salud, porque si no estuvieran estaríamos expuestos a infecciones constantes. Ellos son la primera barrera defensiva frente a la gran cantidad de partículas, microbios y microorganismos que entran a través del aire. Son un ejército protector gracias a los anticuerpos y las células defensivas que contienen, como los linfocitos que representan un 4,4% de su composición, mientras que el resto es agua, elementos orgánicos y minerales para mantener hidratadas y lubricadas las mucosas.
¿Cómo deben ser los mocos?
No deben ser ni muy líquidos, ni muy sólidos, para mantenerse pegados a las paredes de la mucosa y al mismo tiempo dejar que el aire circule por las vías respiratorias. Son necesariamente pegajosos para facilitar que todas aquellas partículas de polvo, contaminación, virus y bacterias suspendidas en el aire queden literalmente enganchadas. En función del tipo de carga, el moco puede tener muchas tonalidades de color.
Cuando tenemos un resfriado, el organismo se defiende del virus produciendo neutrófilos, que son los encargados de destruir estos gérmenes. Estos neutrófilos producen una sustancia llamada peroxidasa que da el color verde a los mocos. El color de los mocos no dice si hay que tomar o no antibiótico. Los resfriados son procesos víricos, por lo tanto, los antibióticos no son el tratamiento adecuado.
Cuando los más pequeños comienzan la guardería o la escuela, entran en contacto de nuevo con una gran cantidad de microbios que su sistema inmunitario todavía no reconoce, por lo que el organismo decide aumentar exponencialmente la fábrica de mocos para evitar que todos estos microorganismos entren dentro y puedan provocar infecciones más graves. El problema viene dado cuando la gran cantidad de moco producido se acumula de tal manera que acaba provocando una obstrucción nasal completa y obliga a los niños a respirar por la boca continuamente. Si el aire entra por la boca, no es filtrado, calentado, ni humidificado y accede directamente a los bronquios tal y como está en el exterior.
Por este motivo, desde el Balneari Respiratori, la recomendación que hacemos a todos los padres y madres, es que la mejor manera de mantener los mocos a raya es realizar una buena higiene nasal diaria a sus hijos, mediante lavados nasales varias veces al día, eso sí, con agua de mar isotónica natural y filtrada en frío.